Normalmente Pagni me parece un talibán del antikirchnerismo, pero a esta breve columna suya no le sobra ni una coma (bueno, tal vez la chicana a Budou, que es economista y docente universitario):
El encanto popular de Miguel Del Sel irritó a los intelectuales del movimiento popular. El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, lo interpretó como "un vaciamiento total de la palabra política". Para el sociólogo González, Del Sel es sólo un cómico. Tal vez si militara en el kirchnerismo sería un trabajador de la cultura. Como la diputada testimonial Nacha Guevara, o el astro de rock Amado Boudou.
Igual que cuando intentó censurar a Mario Vargas Llosa, González fue corregido desde la superioridad. Daniel Scioli se identificó con Del Sel y lanzó un reproche: "A él le dicen el cómico, como a mí me decían el motonauta. A veces a los que venimos a la política desde otro lugar se nos subestima".
Para las categorías de González, quizá Scioli sea otro caso de vaciamiento total de la palabra política. Pero es mejor disimularlo.
La racha de Macri y Del Sel indica que la suerte de Cristina Kirchner y sus funcionarios -entre ellos González? está cada vez más atada al gobernador bonaerense. Una victoria menos en la batalla cultural.
4 comentarios:
Vi que Oggi Junco se postula por el FPV en una intendencia del conurbano, ¿le dirán que es el vaciamiento de la política?
Como dijo Bárbaro el otro día, "gorila siempre fue el individuo que se creía más inteligente que el pueblo y entonces se enojaba con el voto de la gente".
Me permito disentir. Por más repulsión que me genere Scioli, tuvo un recorrido político antes de candidatearse a gobernador de la provincia, Del Sel cayó en paracaídas tres meses antes de las elecciones.
Eso no implica juzgarlo a nivel personal, sus intenciones pueden ser las mejores, pero deberíamos exigir un poquito más de formación y compromiso. Tené en cuenta que su paso por la política pareció haber terminado de forma tan fugaz como empezó (no gané, entonces vuelvo a MiDaChi y en 4 años vemos -?-).
Si avalamos la cara conocida y marketinera para darle sustento al aparato de determinado partido, hagámoslo con todos. Pierden sentido los cuestionamientos que he escuchado toda la vida con respecto a candidatos a posiciones legislativas que provienen del mundo de la cultura o el espectáculo, incluso a la aberración de las testimoniales (total, a falta de capacidad importan los que vienen atrás, no? casi como si no asumieran).
En otro sentido, yo tengo 23 años, por qué no puedo ser senador de la república? La edad es un criterio aún más ridículo para evaluar la idoneidad, reforma constitucional ya...
Matias, ponele que ahora si, y cuando empezo? era lo mismo que Midachi, y lo mismo que Palito, que, volvio a cantar
Vos por una razon etaria quizas no sepas de Scioli antes del riojano, por eso decis lo que decis, o de Palito.
Pero, yo lo vi a Palito cantando la felicidad en el balcon de la casa de gobierno de Tucuman dias antes de entregar el gobierno a Bussi, en su cumpleaños, asi que, todos tienen un muerto en el placard
ayj
PS Barbaro tiene razon
"El problema -insisto- es que Miguel Del Sel es un grasa. Si no lo fuera, los intelectuales oficiales no tendrían el estómago tan revuelto. Si la misma performance electoral la hubieran protagonizado Teresa Parodi, Nacha Guevara, Víctor Heredia o Fito Páez, todo sería tranquilizador. Los pensadores de la Biblioteca Nacional sienten que esos artistas son más respetables, no sólo porque son kirchneristas, sino porque resultan estéticamente digeribles, artísticamente salvables, políticamente correctos. Del Sel representa para ellos la barbarie, y en ese desprecio asoma la configuración del intelectual pequeño burgués de izquierda, que es gorila aunque diga lo contrario. Ese tipo de mirada suele elaborar un "artista popular" a imagen y semejanza de la clase media que el intelectual representa, mientras que las clases bajas siguen a figuras realmente masivas y populares, por lo general incómodas y ajenas al gusto del público culto o biempensante. Estos intelectuales hablan en nombre de los pobres, pero no tienen la menor idea de cómo son ni cómo piensan. Los folletos izquierdistas de antaño traían imágenes idílicas del obrero revolucionario, siempre impecablemente vestido con su camisa Grafa y peinado con Glostora. No era el pobre real, era el pobre deseado. No hay en las inmensas clases populares ninguna organización política que no sean la Iglesia y el peronismo. El peronismo conoce a los pobres de verdad, la izquierda intelectual sólo los sospecha. Y sospecha mal. Es por eso que se espanta frente a la aparición de un artista grasa al que aman los humildes. Un tipo que no es Mercedes Sosa, pero que la imita con gracia para deleite de los descamisados del conurbano bonaerense."
http://www.lanacion.com.ar/1393813-el-gorilismo-kirchnerista
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