Si algo no se puede dudar, es que con los Kirchner volvió la Política Económica. ¿Esta todo bien? No: desde el IndeK hasta la Korrupción este gobierno está muuuuy lejos de ser perfecto, pero se debe reconocer que la macroeconomía K tiene sus méritos y la centroderecha económica no pega un pronóstico.
El BCRA, en vez de ser una caja de conversión, como lo era en la convertibilidad, que transmitía todos los sacudones externos a la economía local, demostró en la crisis iniciada el año pasado que puede ser un amortiguador. Y Cristina se ha convertido, como insinuábamos en febrero, en la presidenta que logró devaluar sin corrida cambiaria ni bancaria. El BCRA demostrándole al mercado quién es el más poronga (como dice un amigo): eso es política económica.
Lo mismo con los frenos a las importaciones: en Brasil solía leer cómo los empresarios puteaban en los diarios por las licencias no automáticas que les imponía el gobierno argentino. Bramaban por declarar muerto al Mercosur. Pero este resistió y se salvaron muchos puestos de trabajo en Argentina, en industrias mano de obra intensivas como el calzado, textil y otras.
En épocas pasadas, ante una crisis, se ha reaccionado de manera inversa, ajustando para “asegurar la solvencia fiscal”. Lo pongo entre comillas porque el ajuste no hacía más que multiplicar la recesión y profundizar el agujero fiscal. Y fíjense que el indicador de riesgo país que en marzo estaba en 2000 puntos, al momento de escribir esta nota está en 680.
Relacionado con este “comercio administrado”, el domingo me sorprendió ver en Ieco una nota que daba cuenta del incremento de la producción de electrónicos (LCD, heladeras, lavarropas) en Tierra del Fuego debido a la mencionada traba a las importaciones. Me sorprendió más por el medio (suplemento económico de Clarin) que por la noticia en sí.
Los pesimistas dirán “¡ehhh, pero son sólo ensambladoras!”. Seamos realistas: tener fábricas que produzcan (y si es posible, exporten) en territorio nacional bienes de alto valor agregado no se logra de un día para el otro ni alcanza con tener el dólar alto. Juan José Lenovo y Romualdo Octavio Hitachi no se levantan un día, desayunan y deciden “¡Hoy tengo ganas de mudar a todos nuestros técnicos e investigadores y a toda nuestra cadena de proveedores a la Argentina!”.
Yo soy optimista y digo: “Qué bueno que los LCD al menos se ensamblen aquí. ¿Cómo hacemos para generar un cluster de proveedores pymes argentinas que abastezcan de componentes nacionales a estas empresas y de esa manera ir aumentando el porcentaje de valor agregado local en la cadena de valor?
No sé exactamente cómo, pero se empieza haciéndose las preguntas correctas (como la anterior). Y respondiéndolas con más Política Económica.
2 comentarios:
Es esperanzadora la nota iEco. Esperemos que haya mas política de estado en estos asuntos, para que pueda desarrollarse. Porque acá mañana viene otro y desarma todo lo que se hizo. Ya estamos acostumbrados.
Muy bueno el blog!
Sí, y para eso, tenemos que poder separar la paja del trigo (lo bueno que hizo el gobierno de lo malo). Para que el que venga después no sea peor.
¡Gracias, vuelva pronto!
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