Daniel Arroyo, actual Min. de Desarrollo Social de la Pcia. de Bs. As., cuando era Viceministro de Alicia Kirchner dio una charla (octubre 2004) en la que los presentes le planteamos la eterna pregunta de si se debe dar pescado o enseñar a pescar. Recuerdo patente su respuesta: hay que hacer las tres cosas siguientes:
- Dar pescado (a esto nos referíamos anteriormente con las transferencias del Estado a los Ciudadanos)
- Enseñar a pescar, y también
- Asegurarse que haya pescados en el mar.
Pero no nos olvidemos de dar pescado, si no, no se sale del ciclo pobreza-marginalidad-inseguridad-violencia-subdesarrollo-etc. Cerramos citando a Bernardo Kliksberg:
R: (...) Se supone que yo soy el inventor de una nueva ciencia llamada Gerencia Social que se ha difundido en todo el continente y se enseña hoy en muchísimas universidades. Y yo explico que se basa en Maimónides. En su célebre ordenamiento de los modos de ayudar al otro, los ocho niveles de la Tzedaká, sentó las bases de una política social del siglo XXI. Maimónides dice que hay muchas maneras de ayudar al otro, siendo la más inferior espiritualmente el ayudar de mala gana, simplemente porque es una presión social tener que hacer algún aporte, hasta que se va subiendo por esta escalera de acuerdo al nivel de compromiso e involucramiento personal, de hacer que otros ayuden (...) y llegándose finalmente a los niveles más altos, del anonimato total. A ese nivel quien ayuda no conoce a quién está ayudando y quien es ayudado no sabe de dónde viene la ayuda. El nivel más alto de la Tzedaká, es lo que hoy en política social se considera el máximo objetivo, lograr la sostenibilidad. O sea que se ayuda a una comunidad carenciada de modo que se desarrolla la capacidad de seguir adelante por cuenta propia.
P: No se da peces sino que se enseña a pescar...
R: No, es mucho más profundo todavía porque lo de los peces tiene sus fallas. Es muy fácil decir que hay que enseñar a pescar, pero la filosofía judía dice las dos cosas, que también hay que dar pescado porque si no, la gente no sobrevive. En América Latina el 20% de la población está en pobreza extrema, el 25% está desnutrido. Si no se la ayuda ya con programas muy importantes, la gente no sobrevive.
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