Por fin desarmarán los subsidios

Publicado en Apuntes Urbanos

Vengo bregando por esto desde el 2008, en el único lugar común de la oposición en el que voy a caer es el de criticar por no haberlo hecho antes. Pero bueno, a lo hecho, pecho.

Menos subsidios innecesarios a Puerto Madero y a la clase alta, y anti-federales (de todas las provincias hacia el Área Metropolitana Buenos Aires) implica menos gasto público, menos "maquinita" generadora de inflación, puede volver el superávit, puede bajarse la inflación (esa máquina de generar pobres) sin frenar la economía, que se puede quitar presión al dólar, que se puede frenar o revertir la fuga de capitales que lleva 5 años ya. Si se hace bien, claro.

Vale aclarar que los que venían poniendo el foco en este tema, dentro de los "productivistas" o "desarrollistas", eran Terragno, Lavagna, Gonzalez Fraga y tal vez algún otro.

Algunos datos de La Nación de hoy:
En Córdoba, Marcelo, un médico residente, llega al punto de la afonía al festejar los goles de Juan Román Riquelme. Lo mira por un televisor que, como todos los que hay en la Argentina, consume electricidad. Jamás tuvo en cuenta que esa energía que usa para ver el partido la paga un 243% más que su ídolo, el futbolista mejor pago de la Argentina. (...)
Juan Bagliani vive en Santa Rosa, La Pampa. Cada vez que se toma un colectivo paga 1,90 pesos. En Salta, Tomás paga 1,75 por un trayecto dentro de la ciudad. Algo más abajo, en Rosario, cada habitante de la ciudad paga dos pesos si lo hace con monedas y 1,90 si utiliza las tarjetas prepagas de dos viajes. En Santa Fe, el esquema es similar: 2,30 pesos en efectivo y 2,05 con sistemas prepagos. Todos aportan indirectamente con sus impuestos para que los porteños paguen entre 1,10 y 1,25 para moverse por la ciudad, sea en subterráneo o en tren.
En González Catán, una localidad del partido de La Matanza, una gran cantidad de los casi 170.000 habitantes consume gas en garrafas. Hay calles de tierras y tienen que luchar con el peso de los cilindros de diez kilos. Y como si la incomodidad fuera lo único, deberá pagar un 300 por ciento más el precio de cada metro cúbico de gas que consume que lo que paga el ministro de Economía, Amado Boudou, en su departamento de Puerto Madero; o Susana Giménez y su vecino Carlos Bianchi, en Barrio Parque, uno de los lugares más caros de la Argentina.
Sólo para completar el cuadro, según los datos del Informe de Precios de la Energía, que elabora el estudio Montamat & Asociados, la tarifa residencial de gas natural por redes es de 0,3 pesos por metro cúbico, mientras que el precio del gas en garrafa llega a 1,2 por la misma cantidad. Y los ejemplos podrían seguir. (...)
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2 comentarios:

Javi de Foroviajes.org dijo...

Entré a tu blog buscando informaciones sobre la crisis económica europea y leí este post ya que despertó mi curiosidad. Es lo mismo en todas partes, algunos pocos acaparan al estado y procuran una redistribución de la pobreza, pero hacia arriba!

Saludos y que tus líneas lleguen a muchos.

Javi

H dijo...

Gracias! Difundilo!