Publicado en Apuntes Urbanos
El otro día tuve una
conference call con gente de diversos lugares del mundo (en inglés, obviamente) en la que participaba gente de la filial local de un importante banco internacional. Me llamó poderosamente la atención que uno de esos empleados argentinos, de un área como sistemas de negocios, en una multinacional... no hablara inglés. De un tipo grande, lo puedo entender: hace décadas existía el
estúpido prejuicio antimperialista. ¡¿Pero de un pibe de menos de 30 años, que trabaja en una industria como esa?!
Yo empecé a estudiar inglés a fines de los '80, porque me gustaba y porque a mi familia le parecía importante "saber idiomas" (mi mamá habla castellano, idish, alemán, francés y portugués, en ese orden de proficiency, y en los últimos años ha encarado con bastante éxito el inglés y el hebreo... supongo que para hablar con las nietas
sabras, aunque ellas hablan español).
Pero en esa época todavía no se hablaba tanto del tema.
Fue recién durante los '90, con la escalada del desempleo, cuando nos empezaron a bombardear con la -correcta- idea de que para conseguir un trabajo había que saber "inglés y computación", "inglés y computación", "inglés y computación".
Yo me puse a aprender muy en serio, y practicar siempre que fuera posible (leyendo libros en ese idioma, sintonizando la CNN en idioma original para "ablandar el oído", buscando el diálogo con cuanto turista pudiera conocer, hospedándome en Youth Hostels y trabando amistad con extranjeros durante las vacaciones). Ojo, ayudó que realmente me gustaba (como conté arriba, me viene de familia). Pero también estaba el pánico de no poder estar a la altura de la competencia del mundo laboral: si yo escuché "el inglés y computación", todos los demás también "estaban avivados". Había que ser el mejor.
Hoy, después de años de experiencias en el sector público, privado, académico y en el tercer sector, puedo afirmar sin lugar a dudas que el manejo del inglés es crítico para progresar, para tener un piso de empleo mínimo (cualquier zopenco que sepa inglés tiene trabajo asegurado), conseguir laburos mejor remunerados y sobre todo poder elegir entre más opciones, es decir,
ampliar tus grados de libertad (objetivo estratégico nro 1 de todo ente o persona, siendo el 0 "sobrevivir").
[Test para saber si hablás suficientemente bien: ¿Podés escuchar un noticiero en inglés y entender todo? ¿Mantener una conversación fluida con un nativo? ¿Leer una novela en ese idioma y entender el 80%?]
Por no decir que el que no sabe inglés no sabe lo que se está perdiendo de conocer, en términos de ideas, de apertura mental, de libros, de artículos, de personas, de becas, de experiencias, y por qué no, de romances.
Vos, que estás leyendo esto ahora, podés tener un "efecto angel de la guardia" sobre tus conocidos. Pensá quién a tu alrededor no le está dando bola al inglés y rompele el coco con el tema hasta que se pongan las pilas. ¿Tu prima? ¿El nene del vecino de al lado? ¿Un amigo?
En la Ciudad de Bs. As. los mayores de 18 años pueden
aprender inglés gratis en la escuela pública, y si lo tenés que pagar, es una de las inversiones más rentables, así que el dinero no es excusa. Y el tiempo tampoco, no seas vago.
Si bien nunca es tarde, cuanto más joven uno se ponga a estudiar, más fácil y natural le va a resultar. Vas a ver que en unos años los bendecidos por tu intervención en sus vidas van a recordar esto como un momento clave de sus vidas, y tu consejo como un punto de inflexión sin el cual no hubieran podido llegar a ser lo que son.
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