Publicado en Apuntes Urbanos
Michael Herzog, The Guardian
7 de mayo, 2013
Los ataques aéreos de Israel no estaban destinados a
influir en la guerra civil de Siria sino para frenar la actualización
del arsenal de Hezbollah.
Los informes de los ataques aéreos israelies en Siria oscurecen, con frecuencia, los temas que, en verdad, llevan a la toma de decisión de Israel. La noción más importante para disipar es que Israel decidió jugar
un rol activo en el conflicto sirio. No es así. Israel no tiene interés
en verse inmerso en una cienaga. Su objetivo son las armas
estratégicas, destinadas a Hezbollah, en Líbano. Sus acciones son
conducidas no por ambiciones para diseñar el futuro de Siria sino por la
preocupación sobre el balance estratégico entre sí mismo y el eje
Hezbollah-Irán.
Israel
siguio el conflicto sirio con mezclados sentimientos. Por un lado,
aprecia los potenciales beneficios de la partida del presidente Bashar al-Assad, que sería un golpe a Irán y Hezbollah. Por otra parte, el caos sirio está fortaleciendo a los islamistas y jihadistas, que, luego, pueden amenazar directamente a Israel, poniendo fin a casi 40 años de tranquilidad en la frontera israelí-siria.
Los
tomadores de decisión israelíes no tienen ilusiónde producir un
resultado deseable en Siria. En su lugar, Israel prefiere mantener un
bajo perfil y focalizarse en otros desafíos que implican presión (sobre
por ejemplo, el impulso de Irán hacia las armas nucleares). Las acciones
israelíes en Siria están focalizadas en atender las amenazas directas a
su seguridad, en particular en la transferencia de armas estratégicas a
Hezbollah.
La
guerra en Siria escaló en este problema dado que le presentó a Hezbollah
la oportunidad de modernizar su ya formidable arsenal (de más de 60.000
misiles) al adquirir armas más sofisticadas de los depositos sirios. El enorme arsenal sirio incluye
cientos de toneladas de agentes químicos, decenas de miles de morteros y
misiles, radares y más. Assad, profundamente endeudado con Irán y
Hezbollah por su apoyo, ahora se siente obligado a permitir la
transferencia de esas armas.
Mientras
que el mundo está focalizado en las armas químicas de Siria, Israel no
está menos preocupado sobre las convencionales que, en manos de Hezbollah, pueden ser un factor de cambio de juego. Israel considera que, mientras otros países podrían intervenir para evitar la proliferación de armas químicas, la
transferencia de armas convencionales está en sus propias manos. Espera
solo el apoyo político tácito para sus acciones (por parte de EEUU y
Europa) que, hasta ahora, recibio.
Las armas que preocupan incluyen muchas de origen ruso, tales como misiles tierra-aire SA 17, con capacidad para amenazar la libertad de vuelo en el norte de Israel y Líbano; misiles
tierra-mar que pueden llegar a los puertos e instalaciones de gas en
costas israelíes, y los misiles Scud, con capacidad de llevar ojivas químicas. Los misiles iraníes Fateh-110 con su relativamente alta exactitud, plantean – tambien - una importante amenaza.
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