Traducen en La Nación una nota de The New York Times
(...) Dado el revuelo que causó la Gran Recesión, quizá sea difícil de creer. Pero la economía ahora es mucho más débil que cuando se disparó la recesión en diciembre de 2007: hoy, todos los indicadores económicos son peores que en aquel entonces.Ehhh.. ¿casi todas? Casi todas las que su paradigma les permite ver.
(...) La vez anterior, la burbuja crediticia obligó a los norteamericanos a ajustarse el cinturón, pero una nueva recesión los obligaría directamente a vender sus pantalones. Para colmo, los funcionarios ya utilizaron casi todas las herramientas disponibles para combatir la anterior y ahora quedan pocas opciones.
(...) Es imposible bajar aún más las tasas de interés y la Reserva Federal ya ha inundado de dinero los mercados financieros con la compra de miles de millones de dólares en garantías hipotecarias y bonos del Tesoro, y los economistas ni siquiera se ponen de acuerdo en si esos desembolsos ayudaron sensiblemente o no a la economía. "¿Cuántas veces puede sacar el mismo conejo de la galera la Reserva Federal?", dijo Torsten Slok, economista internacional del Deutsche Bank.¡Sí, démosle más beneficios y exenciones a las corporaciones! Bueh.
Hacia fines de 2007, la deuda federal equivalía al 64,4% del volumen total de la economía. Hoy, se estima que equivale a casi el 100% del PBI, una cifra que no se veía desde las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. "Por lo menos desde los tiempos de la posguerra, no existen precedentes comparables con lo que puede sucederle a una economía que tiene un 9% de desempleo y vuelve a entrar en recesión", dijo Nigel Gault, economista en jefe para Estados Unidos de IHS Global Insight. "El único precedente que podría tomarse es el de 1937, cuando también retiraron antes de tiempo estímulos fiscales y la economía recayó en una recesión aún más dura."
Existe por lo menos un factor, sin embargo, que podría aminorar el impacto de una segunda recesión: las ganancias corporativas. Durante el primer trimestre de este año, fueron un 22% más altas que en el último de 2007. Inquietas por el futuro de la economía, los ejecutivos de las corporaciones se muestran reacios a hacer grandes inversiones. El resultado: están sentados sobre una parva de dinero.
Según Neal Soss, economista en jefe del Credit Suisse, las actuales reservas de efectivo de las corporaciones podrían actuar como un paragolpes contra el desempleo, en caso de que la demanda se desplome.
Si alguien del Gobierno Argentino publicara "las actuales reservas de efectivo de las corporaciones podrían actuar como un paragolpes contra el desempleo, en caso de que la demanda se desplome" lo acusarían ipso facto de populista radical.
No es tan jodido realmente. Primero hay que sacarse las anteojeras del monetarismo. Puede ser imposible políticamente, pero técnicamente la solución es clara. Aumentá los impuestos a los ricos y transferila a los más pobres (que tienen propensión marginal a consumir = 1) de la manera que más te guste. Devaluá suavemente la moneda y generá expectativas de inflación, lo cual reactivará la economía y licuará las deudas (y exportará inflación al mundo). ¡Sin la bomba del gasto público y sólo con rosca financiera de la Fed no hay manera de salir!
Se me toma estas pastillitas y me vuelve a ver en 5 años, con la economía rozagante.
¿Cómo se le dice a un militante del Tea Party en el fondo del mar? Un buen comienzo... (niños no intenten esto en sus casas, ¡la violencia política no lleva a nada bueno!).
A ver qué dice la BEA...
1 comentario:
hay que poner de vuelta el caballo adelante del carro. El sistema financiero debe estar al servicio del sistema productivo. El sistema productivo debe entender que orden social mas justo hace que sus ganancias sean sustentables.
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