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Apuntes Urbanos
HACIÉNDOLE AGUJERITOS AL TUPPER EN EL QUE VIVÍS
Hola Mauricio
Te tuteo,
perdón. No te voté en la primera vuelta de 2007, sólo en el ballotage porque
tenías claro que los problemas políticos se resolvían con política pero que a
los problemas técnicos concretos no había necesidad de intoxicarlos con
chamuyo; alcanzaba con una buena gestión. Como apasionado por las ciudades
seguí tus dos mandatos históricos desde el blog Apuntes Urbanos. Allí fui
contando maravillado cómo un equipo ecléctico al que a todos los intelectuales
y analistas les costaba etiquetar políticamente estaba cambiando la ciudad, no
a través de grandes discursos sino de la mejora continua de los procesos y
recursos de la principal organización que la administra: el Gobierno de la
Ciudad. Escribí en mi blog que lo tuyo era el progresismo de los hechos. Me
puteé con todos. Te banqué.
En 2010 me
recibiste como bloguero en la Jefatura de Gobierno. Me prometiste el Metrobús
de la Juan B. Justo para mayo 2011. Te creí y lo dije públicamente. Gané
apuestas con eso. Cada promesa cumplida incrementaba mi afición por tu espacio
político. Pero no te hubiera votado en 2003. Cambiaste, evolucionaste, como
todos y me incluyo. Todos debemos mejorar permanentemente. En los temas
sociales soy liberal-progresista, judío humanista y ateo, estoy a favor de la despenalización del aborto y el matrimonio igualitario (al que vos le abriste la puerta) y por eso soy el macrista número uno, porque desde tu pragmatismo
liberal (que comparto) siempre tuviste claro que en los temas complejos se
deben contrastar posiciones sin prejuicios, y eventualmente decidir. Y si la
sociedad o los legisladores no toman la misma postura que el líder, está todo
bien. Revolucionario.
Mi twitter
@apuntes_ terminó siendo un poco monotemático por mi afán de ayudarte a ir
torciendo la sociedad para que te acompañe, y para que llegara a tus
funcionarios aquello que debía corregirse, en un camino de ida y vuelta. En mi
acotado espacio de influencia, intenté hilar el relato del desarrollo que se
iba gestando (soy de los primeros que habló del “broteverdismo”, que hizo fotos de antes y después y videos amateurs de obras), camino que considero
fundamental que los argentinos entiendan. ¿Cuál camino? No una receta dogmática
escrita en un libro añejo, sino el de ir imitando las prácticas de los países
“que lo lograron”. ¿Cómo lograron Israel, Finlandia, Corea, etc, resolver aquello que saben hacer y en lo que son buenos? ¿Los podemos imitar? Ese es mi
resumen de la ideología de tu gobierno. La clave, claro, es encontrar las
personas adecuadas para trasladar la experiencia foránea al contexto local.
¿Qué debe intentar cambiarse y a qué ritmo, y para qué cosas Argentina
realmente “es diferente”?
La otra
clave es la suerte y más allá de algunos errores no forzados, no la tuvimos.
Navegaste la tempestad hasta las PASO, que fueron un shock. Unos días después,
junto con muchísimos otros argentinos de las redes, reaccionamos y los hicimos reaccionar a Uds. Marchas, Sí Se Puede, volantes, folletos, argumentos. El
anteúltimo granito de arena del que participé fue juntar donaciones para que estudiantes del interior sin un mango pudieran volver a su pueblo a votar.
Logramos unir 23 estudiantes con aportantes en una loca carrera de dos días.
Sabemos que cada uno de esos 23 gestos motivó e inspiró muchos más votos. El
último granito fue poner mi auto para transportar auditores de fiscalización
por la ciudad. Me siento parte, así sea infinitesimal, de esta remontada
histórica post PASO que lograste, y eso me llena de satisfacción, aunque el
objetivo principal se haya escapado.
Mauricio,
pa’lo que gustes mandar. Descansá y cuando puedas si querés te visito con
algunos otros tuiteros que dejaron todo en la cancha y que me gustaría que conocieras.
Gracias,
Apu
apuntes.urbanos.blog@gmail.com
Twitter: @Apuntes_
Las 7 errores centrales del kirchnerismo, cómo se están resolviendo y por qué se puede ser optimista con el país
(No hay mejor post que el que contiene todo lo que querés decir y más pero es otro el que se toma el trabajo de hacerlo, por eso convertí este hilo de tuits de @jagustinmaza del 20/9/2018 en este post./Apu)
Preocupado por escuchar tantos amigos desesperanzados y pesimistas repitiendo el recurrente ciclo nacional de ilusión y desencanto, voy a tratar de resumir por qué creo que estamos mucho mejor que hace 3 años y por qué hay buenas razones para ser optimista con el futuro del país. El gobierno anterior implementó 7 políticas que estaban llevando al país a una catástrofe o al menos a una declinación aún más pronunciada de la que sufrimos por décadas. Estos 7 errores deliberados han sido revertidos o están en proceso de reversión por el gobierno de Cambiemos:
1. Aislamiento del mercado financiero internacional, default parcial de la deuda, cepo cambiario y control de capitales. Hay un consenso generalizado de que bajo estas condiciones un país no podía insertarse en el comercio internacional, ampliar su oferta exportable ni aprovechar el flujo de inversiones y transferencia de tecnología, obstaculizando severamente su desarrollo. Cambiemos revirtió con éxito esta política y asumió varios costos hundidos de obligaciones impagas, comenzando la reconexión de la economía con el mundo globalizado.
Preocupado por escuchar tantos amigos desesperanzados y pesimistas repitiendo el recurrente ciclo nacional de ilusión y desencanto, voy a tratar de resumir por qué creo que estamos mucho mejor que hace 3 años y por qué hay buenas razones para ser optimista con el futuro del país. El gobierno anterior implementó 7 políticas que estaban llevando al país a una catástrofe o al menos a una declinación aún más pronunciada de la que sufrimos por décadas. Estos 7 errores deliberados han sido revertidos o están en proceso de reversión por el gobierno de Cambiemos:
1. Aislamiento del mercado financiero internacional, default parcial de la deuda, cepo cambiario y control de capitales. Hay un consenso generalizado de que bajo estas condiciones un país no podía insertarse en el comercio internacional, ampliar su oferta exportable ni aprovechar el flujo de inversiones y transferencia de tecnología, obstaculizando severamente su desarrollo. Cambiemos revirtió con éxito esta política y asumió varios costos hundidos de obligaciones impagas, comenzando la reconexión de la economía con el mundo globalizado.
2. Congelamiento tarifario y subsidios masivos al consumo de energía, y transporte. Se llegó a extremos delirantes, donde las tarifas no cubrían el 10% del costo de los servicios. El costo fiscal llegó en 2015 a más de 5% del PBI, asignado de la forma más ineficiente imaginable, incluyendo su robo sistemático. Pero esto no cubría los costos de
capital, por lo que los niveles de desinversión, agotamiento de reservas
y destrucción de capital fueron fenomenales y de aún mayor alcance que
los subsidios gargantuescos despilfarrados. Está claro el esfuerzo y el cambio cultural que ha producido el Gobierno en esta área. Las tarifas se recalcularon, los subsidios se recortaron y los flujos de inversión se revirtieron. Queda un trecho por recorrer, pero empiezan a pagar sus frutos exhibidos i.e. en Vaca Muerta.
3. Intervención del INDEC y destrucción del sistema de estadísticas
públicas. Esta política de desmantelamiento, camuflaje y propagación
oficial de información errónea deliberada no tiene antecedentes en el
país y nos acercó al estándar de dictaduras marginales. Creo que existe un consenso generalizado acerca de la recuperación y
fortalecimiento del sistema nacional de estadísticas que ha implementado
el Gobierno de Cambiemos. Sin esto, directamente no es posible el
debate de políticas públicas ni la adopción de decisiones informadas.
4. Mega-corrupción del sistema de inversión pública y compras del Estado,
causando el régimen más ineficiente y opaco del que tenga memoria. Su
descalabro se evidenció al adjudicar el nuevo Gobierno obras (como las
viales) y compras (como en el PAMI) a valores muy inferiores. Este mecanismo ahora está siendo expuesto en la justicia en un proceso
histórico de revelaciones asombrosas. La contracara es la implementación
de un plan de infraestructura muy ambicioso y comprehensivo, dentro de
un esquema mucho más transparente y competitivo. Los cambios en transporte aéreo, sistema vial de autovías, puertos,
recuperación de infraestructura ferroviaria e inversión en cloacas y
saneamiento están mostrando resultados muy destacados y de marcadísimo
contraste con la situación anterior.
5. Incremento descontrolado del gasto público, presión fiscal record y financiamiento de alto déficit fiscal con emisión monetaria espúrea. El Gobierno anterior aumentó el gasto público consolidado del 26% al 47% del PBI, derrochando todos los recursos extraordinarios que recibió, aumentando brutalmente la presión fiscal con impuestos distorsivos y
causando un déficit fiscal creciente que decidió financiar con emisión
monetaria descontrolada. En 2015, llegó a financiar 4% del PBI con
emisión monetaria, traspasando graves problemas de inflación futura. Cambiemos se propuso reducir gradualmente el gasto, la presión fiscal y
la emisión monetaria sin respaldo simultáneamente. Fijó un programa de
reducción de retenciones y logró aprobar una reforma fiscal atacando
impuestos distorsivos (bienes personales, cheque, ingresos brutos), redujo los subsidios a los servicios públicos y el déficit de las
empresas públicas. Al mismo tiempo, incrementó el gasto social (en 2017
fue record histórico) y asumió la reparación histórica de la deuda
previsional oculta en una enorme bola de juicios apilados en los
tribunales. Redujo gradualmente la emisión monetaria sin respaldo hasta su
eliminación completa acordada con el Fondo este año. Para financiar su
plan de reducción del deficit, decidió emitir deuda pública en el
mercado financiero internacional. ¿Podría haber hecho un ajuste de gasto más drástico al inicio? ¿El
nivel de exposición a los mercados internacionales de deuda podía
resultar demasiado elevado para ciertos escenarios críticos, como el que
terminó ocurriendo este año? Quizás. Pero el cambio fundamental es que ahora se está buscando resolver lo que
antes no era ni siquiera reconocido como problema. Casi nadie duda hoy
que el nivel de gasto público, déficit fiscal y presión tributaria son
problemas muy graves a resolver. Tremendo cambio cultural. El Gobierno puede estar mostrando fallas y fracasos en su resolución,
pero los reconoce como tales y ha demostrado capacidad de
auto-corrección y voluntad de ir en el sentido de resolverlos. Esto,
para mi, es una diferencia cualitativa abismal a lo que teníamos antes.
6. Política internacional de aislamiento, conflicto improductivo con los
vecinos, alianza con países parias y/o corruptos y desconfianza
generalizada del mundo relevante. Esta política del kirchnerismo incluyó
todo tipo errores, papelones, destrucción de vínculos, desprecio de compromisos básicos y conflictos insuflados por razones
desmesuradas y muchas veces imaginarias (como el conflicto con las
pasteras) y hasta actos de traición y cobardía, como el pacto con Irán o
los negociados de deuda pública con tránsfugas chavistas. La política del actual Gobierno ha revertido esta situación al extremo de
generar una credibilidad y reinserción internacional tal, que llevó a
muchos a sobrestimar en donde estábamos realmente. Las euforias suelen
traernos problemas. Nunca vi una Argentina más activa y protagonista en la escena internacional, ni contar con las expresiones de apoyo que ha recibido este Gobierno de los principales líderes, gobiernos y organizaciones del mundo. Y la diplomacia del Presidente ayudó mucho en las buenas y malas.
7. Control de los medios, destrucción de los mecanismos de control del
Estado y sujeción corrupta del sistema judicial. Son hechos reconocidos
que el Gobierno anterior controló los medios de comunicación con el uso
arbitrario de una pauta publicitaria gigantesca y desmedida.
A eso le sumó el pago sistemático de periodistas por medio de fondos reservados y otras cajas para-estatales, además del hostigamiento de los medios y periodistas que no querían someterse a su voluntad. Para implementar su sistema de recaudación ilegal y robo sistemático de las arcas públicas, desmanteló los sistemas de controles básicos del Estado, como la SIGEN, que puso a cargo de la esposa del ministro a cargo de la asignación de los fondos a ser capturados. Y para mayor seguridad, corrompió sistemáticamente al ya endeble cuerpo de 12 jueces federales con competencia en los delitos de corrupción contra el Estado Nacional para proveerse de protección judicial y hostigamiento de sus adversarios políticos. Parece subida de tono la adjetivación, pero resulta que es una descripción más bien clínica de los que surge de la prueba rendida en causas judiciales muy avanzadas, donde muchos de los principales responsables están presos y comienzan a ser juzgados y condenados por sus actos. El cambio en materia de comunicación pública, modos de vinculación con los medios y libertad de expresión no puede ser más evidente. A tal punto que la clase política está alarmada de la falta de control del Gobierno sobre lo que se dice en los medios a cualquier hora del día. La pauta publicitaria se ha reducido drásticamente y su asignación se ha hecho mucho más transparente. Los sistemas de control de las cuentas públicas se han restablecido y parecen funcionar razonablemente. El Gobierno impulsó en el Congreso nuevas leyes anti-corrupción, como la ley de delación premiada, que han hecho posible la apertura de un proceso de revisión del sistema de mega-corrupción que el propio Gobierno no parece controlar. El sistema está lejos de ser ideal, pero estamos a mucha distancia de donde estábamos en 2015. Y la tendencia parece ir hacia una mejoría, impulsada por la designación de nuevos jueces por canales institucionales más adecuados, leyes que incorporan estándares internacionales. El sistema está lejos de ser ideal, pero estamos a mucha distancia de donde estábamos en 2015. Y la tendencia parece ir hacia una mejoría, impulsada por la designación de nuevos jueces por canales institucionales más adecuados, leyes que incorporan estándares internacionales en materia de corrupción y transparencia y ahora un cambio en el liderazgo de la Corte hacia una visión más profesional, independiente y neutral del poder judicial.
A eso le sumó el pago sistemático de periodistas por medio de fondos reservados y otras cajas para-estatales, además del hostigamiento de los medios y periodistas que no querían someterse a su voluntad. Para implementar su sistema de recaudación ilegal y robo sistemático de las arcas públicas, desmanteló los sistemas de controles básicos del Estado, como la SIGEN, que puso a cargo de la esposa del ministro a cargo de la asignación de los fondos a ser capturados. Y para mayor seguridad, corrompió sistemáticamente al ya endeble cuerpo de 12 jueces federales con competencia en los delitos de corrupción contra el Estado Nacional para proveerse de protección judicial y hostigamiento de sus adversarios políticos. Parece subida de tono la adjetivación, pero resulta que es una descripción más bien clínica de los que surge de la prueba rendida en causas judiciales muy avanzadas, donde muchos de los principales responsables están presos y comienzan a ser juzgados y condenados por sus actos. El cambio en materia de comunicación pública, modos de vinculación con los medios y libertad de expresión no puede ser más evidente. A tal punto que la clase política está alarmada de la falta de control del Gobierno sobre lo que se dice en los medios a cualquier hora del día. La pauta publicitaria se ha reducido drásticamente y su asignación se ha hecho mucho más transparente. Los sistemas de control de las cuentas públicas se han restablecido y parecen funcionar razonablemente. El Gobierno impulsó en el Congreso nuevas leyes anti-corrupción, como la ley de delación premiada, que han hecho posible la apertura de un proceso de revisión del sistema de mega-corrupción que el propio Gobierno no parece controlar. El sistema está lejos de ser ideal, pero estamos a mucha distancia de donde estábamos en 2015. Y la tendencia parece ir hacia una mejoría, impulsada por la designación de nuevos jueces por canales institucionales más adecuados, leyes que incorporan estándares internacionales. El sistema está lejos de ser ideal, pero estamos a mucha distancia de donde estábamos en 2015. Y la tendencia parece ir hacia una mejoría, impulsada por la designación de nuevos jueces por canales institucionales más adecuados, leyes que incorporan estándares internacionales en materia de corrupción y transparencia y ahora un cambio en el liderazgo de la Corte hacia una visión más profesional, independiente y neutral del poder judicial.
Para mi, estos eran los 7 males y errores centrales del Gobierno
anterior, resultado de políticas deliberadas y hasta hoy defendidas
cerradamente por sus partidarios. Y en los 7 veo una reversión y cambio
fundamental, que nos hace un país bastante mejor al que teníamos en
2015.
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