Buena nota de Fidanza sobre el papelón del gobierno con el dólar

Publicado en Apuntes Urbanos

Desde 2007 sostengo que arreglar, mentir, modificar, dibujar, las estadísticas del Indec es el tiro en el pie que el gobierno kirchnerista se da todos los días. Después de tantos años de mentirse a si mismo, el agujero se hizo gangrena. Y el gobierno decidió que la gangrena no existía. Como en la 125. Aporta Ignacio Fidanza de LaPolíticaOnline en la nota El gobierno se expone a un boomerang peligroso con su respuesta a la corrida del dólar:

El gobierno tuvo la habilidad para convertir un problema –la fuga de divisas- en una corrida abierta y ahora se encamina a transformarla en una crisis económica de primera magnitud. Lo notable es que lo hizo apenas días después de conseguir el respaldo electoral más contundente que se recuerde en las últimas décadas.

Lo insólito es que el kirchnerismo agigantó la sensación de crisis cuando objetivamente cuenta con un entorno macroeconómico complicado pero de una solidez muy superior a la que solía tener la Argentina; sin mencionar los más de 37 mil millones de dólares que todavía atesora el Banco Central.

Sin embargo, la reacción de la Casa Rosada frente a la corrida del dólar no debiera sorprender. Esta cortada por la misma tijera de la intervención al Indec y el cierre de las fronteras a las importaciones. Cada vez que al kirchnerismo le toca enfrentar alguna de las inconsistencias de su modelo económico, la respuesta suele combinar una negación del problema con el refuerzo de controles de tipo policial.

Esto produce un doble efecto negativo: deja el problema sin resolver y se pierde la oportunidad de transitar un debate enriquecedor –del propio modelo- que permita ir ajustando sus lados flacos. Como esos escritores que se enamoran de sus éxitos y comienzan a repetirse, el kirchnerismo deja crecer fallas que comienzan imperceptibles y con el paso del tiempo transforman paraísos en infiernos.

No es un secreto que el gran desafío de Cristina no era electoral sino de gestión. Su gobierno venía postergando la resolución de problemas serios: déficit fiscal, pérdida creciente del superávit comercial, disparada del gasto en subsidios, fuga de divisas, y por supuesto, una inflación demasiado alta. (...)


Con un peso depreciándose al 25% y el dólar al 7%, lo que está incubando la economía es una devaluación. Si esto se combina con el regreso del déficit fiscal la pregunta lógica es: ¿De dónde van a sacar la plata que falta?

Muy exigidas las cajas de la Anses y el Banco Central, un paneo rápido indica que no hay mucho más para tomar. Y la opción de regresar a los mercados de crédito internacional sigue verde, sin acuerdo con el Club de Paris ni los holdouts. Entonces la lectura es: “Van a devaluar”. En consecuencia, el razonamiento lógico es comprar dólares para estar cubierto cuando llegue el chubasco.

Frente a esto el gobierno podría haber decidido –todavía puede- atacar las causas del problema: bajar los subsidios o cualquier otra vía para recuperar el superávit y demostrar que está en condiciones de seguir sosteniendo la actual paridad cambiaria.

Pero fiel a su historia optó por buscar la cuadratura del círculo, sólo que esta vez se metió con el nervio más sensible del argentino: el dólar. Y lo hizo de una manera que en las últimas horas agravó lo que los economistas definen como “expectativas”: el “van a devaluar” va camino a convertirse en el mantra de moda.

El efecto “manada” de las crisis económicas no es una novedad. Las corridas las originan un reducido grupo de personas muy informadas que detectan inconsistencias u oportunidades, a las que luego se suman todos los que escucharon que “algo anda mal”, en un efecto cascada o profecía autocumplida.

Se trata de una dinámica riesgosa la de enviar señales que generen expectativas equivocadas, cuyo efecto puede extenderse en toda la economía: por ejemplo, retraso de inversiones hasta “ver que pasa” y retiro de plazos fijos para convertirlos en dólares, con su impacto en las finanzas de los bancos.

Así las cosas, el gobierno se mordió la cola y le echó la culpa al vecino. Trajo a la memoria imágenes de espanto y apareció errático y sin coordinación (Boudou no pudo precisar si la nueva normativa de la AFIP impediría comprar dólares a quien tuviera deudas impositivas). Tuvo un primer impulso interesante, que apuntó a mineras, petroleras y compañías de seguros, pero luego se enredó.

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2 comentarios:

  1. que queres que te diga, si tenes todo en blanco no deberias tener lios, el problema es que esta economia es negra, pero, la verdad, como escalvo de 4ta, por mi que les hagan llenar mil papeles sino pueden demostrar origen de fondos, o, que lo compren en negro.

    ayj

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  2. "si tenes todo en blanco no deberias tener lios"
    No parece ser el caso. De todos modos, el que quiere dólares tiene el mercado negro para satisfacerse. Desdoblamiento cambiario, ahí vamos.
    "el problema es que esta economia es negra"
    ¿Por qué será? ¿Tendrá algo que ver la presión fiscal, el número de regulaciones bizantinas y la incompetencia de los burócratas? ¿O serán los empresarios cipayos y codiciosos?
    "pero, la verdad, como escalvo de 4ta, por mi que les hagan llenar mil papeles"
    Me gusta esta lógica: como a mi me tapan de papeles y requerimientos, que le hagan lo mismo al resto. Me parece que se llama nivelar para abajo.

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