¿Quién tiene la culpa de la Tragedia de Once?

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Los kirchneristas estaban a la defensiva en el tema Once hasta hace un año cuando las pericias empezaron a mostrar que los frenos andaban.

Los antikirchneristas les negaban toda legitimidad (aunque fueron confirmadas hace días) porque eso implicaba que el gobierno no era responsable y se castigaba a un "perejil" (el motorman que no frenó).

¿Quién tiene razón? Ambos y ninguno.

Vanagloriarse de que lo que falló fue la parte humana del sistema de frenos y no el hardware físico del sistema de frenos es no entender que el sistema ferroviario como un todo es responsabilidad del gobierno. Hasta que no se entienda esto viajar va a seguir siendo una lotería.

No sé si fue por errores del subsistema de recruiting, capacitación, controles médicos, presentismo, seguridad física, pero el sistema de RRHH que fracasó trágicamente es un componente más de todos los que forman el sistema ferroviario (bajo responsabilidad de Nación).

Además de entender la interconexión de los distintos sistemas y subsistemas, en el pensamiento sistémico nunca hay que quedarse con la primera respuesta, hay que seguir indagando hasta llegar al fondo de la cuestión (root cause), de otra manera, seguirá sucediendo.

¿Por qué chocaron los trenes? Porque el motorman no frenó (acá se queda -posiblemente- el derecho penal, el management, como disciplina sistémica, sigue indagando, quiere corregir y evitar que se repita).
¿Y por qué no frenó? Porque estaba medio alcoholizado y dormido.
¿Y por qué estaba así? Porque nadie lo controló/porque el que lo controló fue coimeado/porque... (puede haber más de una razón; en ese caso en vez de una cadena de causa-efecto tendremos una espina de pescado)
Una vez que llegamos al fondo (percibido) de la cuestión, tomamos las correcciones necesarias.

Prueben esta manera de pensar en su vida diaria y me cuentan cómo les fue.

Volviendo a los trenes, así como es mérito de CFK que a partir de que asumió Randazzo empezó a meter cámaras, controles médicos, y se comenzó a enfrentar con la corporación sindical que defendía a los motorman que aparecían dormidos en los videos, también fue responsabilidad de las gestiones de Nestor Kirchner y Cristina Kirchner (2003-2011) haber llegado a la situación de que un recurso humano se te puede dormir, leer o mandar mensajitos y se te mueren 51 tipos. No sé si responsabilidad penal, sin dudas responsabilidad política y de gestión.

¿El Pro o Macri son progresistas? La pregunta está mal formulada

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Me preguntan cómo puede ser que habiendo votado a Kirchner en el 2003 (explícitamente para que no llegara Lopez Murphy a la 2da vuelta con CSM), a Lavagna en 2007 y a Binner en 2011, haya votado al Pro en la ciudad consistentemente desde la 2da vuelta del 2007. La respuesta no es otra cosa que lo que dije hace 5 años, inspirado en el tema del terrorismo (controvertida clasificación de organizaciones en terroristas o no versus más sencilla clasificación de acciones entre terroristas o no).

No, no abandono la clasificación de derecha e izquierda. Es muy simple: soy fiel a valores, no a personas. Y como soy progresista (no "progre"), uno de mis valores más importantes es la educación pública de calidad, a la que concurrí en la primaria y universidad.

Supongamos que te pudiera demostrar que el Pro aumentó mucho los sueldos de los maestros, concentró las horas de ya el 30% de los docentes en un sólo establecimiento (luchando contra el flagelo de los "profesores taxi"), que en las escuelas ahora se trabaja mucho mejor, que los mejores docentes están prefiriendo la pública, y que se revirtió la tendencia de pérdida de alumnos hacia la privada que venía de antes pero que se profundizó durante los años "progres" de Flacso a cargo de la educación de la ciudad.

Que se retomaron obras abandonadas, se iniciaron muchas otras y se inauguraron 50 escuelas, que se crearon más vacantes por año que en los 20 años anteriores. Que había 450 escuelas sin calefacción y ahora hay 0, y que el 75% de los edificios tenía riesgos edilicios graves que ahora están resueltos.

Que ahora se enseña inglés desde primer grado, se otorga una computadora por alumno en el Plan Sarmiento y que hace años todas las escuelas están conectadas a internet.
No me discutas si esto es verdad o no (lo es), no es el punto. Asumamos por un momento que así es. La conclusión sería que el Pro tiene (muchas, no todas) políticas progresistas, entre ellos una muy relevante, nada menos que la educación pública, y eso es lo que a mí me importa.

Y ya se lo que me vas a decir: "las políticas que un gobierno lleva a cabo no son la única clasificación posible, hay otros factores: base de sustentación electoral, origen partidario de quienes formaron el Pro, etc". Pero cualquier clasificación que desprecie las políticas públicas que efectivamente lleva a cabo una gestión no es falsa o incorrecta, sino tan sólo completamente irrelevante.

Lo importante (para mí) son las políticas, no los políticos. ¿El Pro es progresista? Irrelevante, la pregunta está mal formulada. ¿El Pro lleva a cabo políticas que cualquiera consideraría progresistas? Rotundo sí. ¿Cuáles? Bueno, lo ejemplifiqué arriba con la educación, pero también aplica a espacio público, gestión de banca pública, etc.


No festejen, macristas: el mismo análisis aplica a la AUH, el nuevo DNI o los trenes bajo la gestión Randazzo.

Si quieren entender qué es para mí "acción" o "política progresista" lean ese post de hace 5 años, Etiquetas a los hombres. Tiene solo 177 palabras.

Pero repito: NO ANALICEMOS PERSONAS U ORGANIZACIONES (que son contradictorias, complejas, con distintas etapas históricas) SINO ACCIONES Y POLÍTICAS (llevadas a cabo o solo propuestas). Si no quieren meter el tema del progresismo, lo sacamos: analicemos si con esta política estamos de acuerdo o no en función a nuestros valores. Nos ahorraremos miles de horas de discusión estéril.

Sin clases: la mirada de una docente de la Provincia de Bs As

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Le pedí a Marianela, una amiga que da clases en Wilde, distrito de Avellaneda, Buenos Aires, que nos expusiera su visión:


Hablar del conflicto docente no es tarea sencilla. En primer lugar se debería cambiar el título. La correcta forma de llamarlo debe ser “conflicto de la educación” porque no comprende sólo al universo docente sino al conjunto de la comunidad educativa y, en última instancia, a la sociedad toda.
Existen muchas variables que produjeron esta angustiante situación en la provincia de Buenos Aires. Podríamos pasar horas escribiendo, hablando o discutiendo sobre ellas pero no quiero ser muy extensa. Sólo basta mencionar que en este caso los docentes pedimos desde noviembre reunirnos para conversar sobre todos los problemas que nos preocupan. Por eso en esta oportunidad me voy a limitar a enumerar para quienes no saben y para recordarles a nuestros políticos, los puntos principales de nuestro reclamo.
En primer lugar deseamos que quede claro que NO es una protesta que se limite a un aumento de salario. Es un reclamo que los docentes estamos realizando desde hace años pero que parece que el gobierno provincial, en este caso, no entiende o no le interesa.
Nuestra realidad es muy diferente al espíritu del artículo 39 de nuestra constitución provincial, que establece, por ejemplo, que el trabajo es un derecho y un deber social. En especial establece una retribución justa, condiciones dignas de trabajo, bienestar, una jornada limitada, descanso semanal, igual remuneración por igual tarea y un salario mínimo, vital y móvil. 
Trabajamos en terribles condiciones y con esto, reitero, no sólo me refiero a nuestro sueldo sino también a la situación en la que se encuentran nuestros establecimientos (riesgo edilicio, pozos que desbordan, falta de luz o agua) como así también a la violencia que se vive en muchas escuelas.
Obvio que el salario no nos resulta suficiente cuando de nuestro sueldo tenemos que pagar materiales para nosotros (borradores, tizas y porque nosotros pagamos hasta el papel higiénico y agua que consumimos), los chicos (fotocopias, dinero para el colectivo o excursión)  y el colegio (productos de limpieza, pintura para nuestros salones). Tenemos un salario con sumas en negro. Que se entienda bien: nuestro básico es de alrededor $ 1.800. Esto se traduce en aguinaldo y jubilación. Llegamos al mínimo de 3.600 con estas “ garantías.” Esto quiere decir que se perdió nuestro escalafón. Cobra lo mismo un docente que recién se inicia que el que ya cobra eso por su antigüedad.
Trabajamos más de un turno porque no nos alcanza y por correr de escuela en escuela resignamos la hora de almuerzo. 
Los docentes de la Provincia generamos superávit en el IPS (nuestra caja de jubilación) porque somos mayoría de activos y, además, nos descuentan en todos los cargos en los que trabajamos aunque al jubilarnos sólo sea por uno de los cargos agregando un porcentaje del resto.
Nuestra obra social (IOMA, de la cual somos REHENES en TODOS nuestros cargos estatales) atraviesa, también desde hace años, una situación vergonzosa. No hablamos solamente de los coseguros que nos cobran sino de cuestiones más importantes como autorizaciones de prácticas que tardan meses o de ausencia de prestadores por la deuda que IOMA tiene con ellos.
¡NO trabajamos “4 horitas”! En primer lugar, sería muy difícil mantenerse con un solo cargo. Pero si así fuera, también sería falso. Trabajamos 4 horas frente a aulas superpobladas y el resto (incontables horas) planificando, corrigiendo, preparando material, capacitándonos o esperando hasta las mil quinientas que algún padre olvidadizo pase a buscar a su hijo.
Las capacitaciones las hacemos fuera de nuestro horario laboral y con nuestro presupuesto. Y así y todo, muchas veces no estamos capacitados para afrontar algunas problemáticas (no sólo de aprendizaje) que los chicos presentan cada vez con mayor frecuencia y complejidad.
Seguro que van a pensar en el tema de las licencias. No dudo que haya quienes abusan como en todas las profesiones pero también me parece que habría que replantearse por qué los docentes nos enfermamos tanto. ¿No será por todo el conjunto que describí más arriba?
Finalmente me gustaría dejar en claro que un docente sólo sigue por vocación pero no se debe confundir vocación con donación. La vocación es sentir un llamado. El docente siente el llamado a enseñar para ganarse dignamente la vida así como cada profesional lo siente por su profesión.
Toda esta situación se refleja en la falta de respeto constante que sentimos que sufrimos los docentes. Si el gobierno no nos respeta, ¿cómo nos va a respetar el resto de la sociedad? ¿Qué mensaje se transmite? En este caso el sueldo es un mero reflejo del valor que los docentes representamos para el gobierno. Este es el valor que el gobierno considera que tiene la educación de su pueblo. Es como en la economía familiar. Cuando la plata no alcanza uno prioriza. Se ve que la educación no se encuentra dentro de las prioridades de nuestro gobierno.