En el 2003 voté a Kirchner para evitar que el desempate fuera entre Menem y Lopez Murphy y volviéramos al neoliberalismo que no entendía que el problema de la Argentina era la falta de competitividad (dólar barato, Argentina cara) y asustaba con que si subía el dólar, venía el apocalipsis. Ahora son los kirchneristas los que defienden la apreciación cambiaria.
En 2007 estaba de acuerdo con muchas cosas del primer gobierno K, pero no la voté por dos motivos: la destrucción del Indec, y la discriminación al diario Perfil en el reparto de pauta oficial. En ambos casos, la razón era la misma: puedo aceptar un gobierno que no piensa como yo, y/o que se equivoca, pero no a uno que deforma o destruye los termómetros que miden la realidad porque eso implica que nunca va a tener el feedback para reaccionar ante las equivocaciones. Simplemente va a vivir en una realidad paralela donde todo es maravilloso. Y no me equivoqué.
Voté a Lavagna, que prometía volver al modelo de superávits gemelos, alto crecimiento motorizado por el consumo interno, tipo de cambio real alto con baja inflación e ingreso neto de capitales, que los argentinos vivimos desde mediados del 2002 hasta que Nestor Kirchner comenzó a despedazarlo a fines del 2005 (ahora ya no queda nada). Dado que la 2da minoría del país consideró que Lilita Carrió era más apta que el ex Ministro Lavagna para gobernar (!!!!), de este sueño de rectificar el rumbo a tiempo no quedó nada.
Decir que hay inflación está prohibido, es un crimen, y las consultoras económicas que niegan la verdad oficial reciben una causa penal.
La gravedad de destruir el sistema nacional estadístico, además del daño metodológico, radica en que permite la negación de la inflación, la pobreza, y la apreciación cambiaria... lo cual desencadena todos los problemas que vinieron a continuación. Imagínense que si por decreto se prohibiera la existencia de la fiebre, se recetaría al paciente cualquier cosa menos algo que trate la infección que la causa.
También se sobrestima el crecimiento y se paga fortunas por el cupón atado al PBI, mucho más de lo que se ahorra en el pago de bonos indexados por el CER (algo de lo que Cristina está tan orgullosa). Detalles en "Es la Ekonomía, estúpido", de Maximiliano Montenegro.
La única verdad es la realidad, decía un general, y la realidad es que desde enero de 2007 "la inflación real acumula 189 % y el dólar oficial apenas 43%". Lo vemos todos los días en la calle y en el supermercado, pero el gobierno lo sigue negando: Moreno dice que "La inflación es una boludez. La tapa de asado subió 10% en los últimos dos años. Esa es la inflación". Es un tarado. Un ferretero graduado en la UADE a quien Cristina puso al mando de las variables económicas más sensibles de un país de 42 millones de habitantes. No le da el piné.
Muerto el Indec, destruida la moneda, se incrementaron la fuga de capitales y la dolarización (2005 fue el último año de ingreso neto de capitales). Pero esto tampoco se puede decir. Es otro crimental.
Quien está enfermo de negación siempre encuentra explicaciones conspirativas con las cuales rellenar la ausencia de información, y los kirchneristas son expertos. Como para ellos no hay inflación, el dólar y los precios se movieron parejo... así que el dólar no está retrasado, y la falta de dólares se emparcha con controles a las importaciones, aprietes a empresarios para que liquiden dólares y no paguen al exterior, enorme discrecionalidad que siempre trae corrupción y aumento de costos.
En 2007 estaba de acuerdo con muchas cosas del primer gobierno K, pero no la voté por dos motivos: la destrucción del Indec, y la discriminación al diario Perfil en el reparto de pauta oficial. En ambos casos, la razón era la misma: puedo aceptar un gobierno que no piensa como yo, y/o que se equivoca, pero no a uno que deforma o destruye los termómetros que miden la realidad porque eso implica que nunca va a tener el feedback para reaccionar ante las equivocaciones. Simplemente va a vivir en una realidad paralela donde todo es maravilloso. Y no me equivoqué.
Voté a Lavagna, que prometía volver al modelo de superávits gemelos, alto crecimiento motorizado por el consumo interno, tipo de cambio real alto con baja inflación e ingreso neto de capitales, que los argentinos vivimos desde mediados del 2002 hasta que Nestor Kirchner comenzó a despedazarlo a fines del 2005 (ahora ya no queda nada). Dado que la 2da minoría del país consideró que Lilita Carrió era más apta que el ex Ministro Lavagna para gobernar (!!!!), de este sueño de rectificar el rumbo a tiempo no quedó nada.
Decir que hay inflación está prohibido, es un crimen, y las consultoras económicas que niegan la verdad oficial reciben una causa penal.
La gravedad de destruir el sistema nacional estadístico, además del daño metodológico, radica en que permite la negación de la inflación, la pobreza, y la apreciación cambiaria... lo cual desencadena todos los problemas que vinieron a continuación. Imagínense que si por decreto se prohibiera la existencia de la fiebre, se recetaría al paciente cualquier cosa menos algo que trate la infección que la causa.
También se sobrestima el crecimiento y se paga fortunas por el cupón atado al PBI, mucho más de lo que se ahorra en el pago de bonos indexados por el CER (algo de lo que Cristina está tan orgullosa). Detalles en "Es la Ekonomía, estúpido", de Maximiliano Montenegro.
La única verdad es la realidad, decía un general, y la realidad es que desde enero de 2007 "la inflación real acumula 189 % y el dólar oficial apenas 43%". Lo vemos todos los días en la calle y en el supermercado, pero el gobierno lo sigue negando: Moreno dice que "La inflación es una boludez. La tapa de asado subió 10% en los últimos dos años. Esa es la inflación". Es un tarado. Un ferretero graduado en la UADE a quien Cristina puso al mando de las variables económicas más sensibles de un país de 42 millones de habitantes. No le da el piné.
Muerto el Indec, destruida la moneda, se incrementaron la fuga de capitales y la dolarización (2005 fue el último año de ingreso neto de capitales). Pero esto tampoco se puede decir. Es otro crimental.
Quien está enfermo de negación siempre encuentra explicaciones conspirativas con las cuales rellenar la ausencia de información, y los kirchneristas son expertos. Como para ellos no hay inflación, el dólar y los precios se movieron parejo... así que el dólar no está retrasado, y la falta de dólares se emparcha con controles a las importaciones, aprietes a empresarios para que liquiden dólares y no paguen al exterior, enorme discrecionalidad que siempre trae corrupción y aumento de costos.
Ahora le echan la culpa a los argentinos de un efecto que causaron sus políticas: la dolarización. Quieren que pensemos en pesos. Hay que ser muy idiota para pretender que alguien ahorre en
una moneda que pierde el 25% de su valor al año (por el desmanejo económico de Moreno, Kiciloff, el corrupto ex Ministro Boudou y el ignoto actual ministro de economía Lorenzino). Obvio que no lo ven
porque -como dije arriba- el termómetro tuneado del Indec marca un aumento de precios de solo el 6% anual...
entonces, como quien solo tiene un martillo trata todos los problemas como si fueran clavos, la dolarización es una cuestión "cultural" de ciertas clases
sociales que son "avaras" y "especuladoras".
Bajen la inflación y recién ahí intenten pesificar la economía, inútiles.
Ahora Moreno quiere regular mediante aprietes el mercado negro que se formó x su regulación (de este fin de semana: "No me importa a cuánto lo consiguen ustedes, desde el lunes quiero el blue en 5 pesos", les dijo sobre el dólar que ayer subió 3 centavos y cerró a $ 5,95. Si no fueran temas tan delicados hasta sería cómico.
Yo me imagino una película donde por una picardía de cerrar los ojos mientras manejan, una pareja (llamémosle, al azar, Nestor y Cristina) atropella a un transeúnte. Lo tienen que enterrar, pero un testigo casual los ve y también lo tienen que matar. Para escapar, tienen que robar un auto, y así sucesivamente. Toda una sucesión de decisiones lógicas "¿qué alternativa real había y qué costos tendría sincerar las cosas?" como me ha dicho más de un amigo o conocido kirchnerista. Y sí, a medida que acumulás más fiambres en el baúl, más caro y difícil es salir. Ahora no me vengan con que no quieren pagar los costos de los desajustes que Uds. causaron.
Este gobierno comenzó con una picardía y ya va con cinco muertos en el baúl, pero todo comienza con ese pecado original de retocar un poquito las cifras del Indec.
Otro argumento que ya escuché varias veces de los militantes K es que "el mundo está complicado". Jua. Señores, meter a la Argentina en estanflación (recesión económica + inflación) en un mundo sin inflación, con tasas de interés mundiales en pisos históricos, y la soja a u$ 500 es para meter a Moreno y Kiciloff presos por mala praxis económica. Han hecho lo impensable: chocaron la calesita.
han *hecho* lo impensable
ResponderEliminarGracias, se me chispoteó.
ResponderEliminarLástima, otro argentino que no ve que el modelo de Duhalde-Lavagna tarde o temprano termina en esto. No va a alcanzar esta debacle para volver a ser un pais normal. Vamos a intentarlo otra vez y van...
ResponderEliminarSalvador Estado
Coincido con Salvador. El modelo Duhalde-Lavagna de tipo de cambio alto + tarifas planchadas lleva a la inflación y el consumo de stocks. Hay cosas propias de los K pero la base ya estaba ahí.
ResponderEliminarAdemás, el tipo de cambio atrasado no es neoliberal, ni de Menem, ni de López Murphy; es de boludo. En particular, acusar a funcionarios de la Alianza de "promover" un tipo de cambio atrasado es como imaginar a otro gobierno asumiento en 2011 y que se lo acuse de lo mismo. Hay veces que te toca bailar con la más fea y fuiste.
Por cierto, muy buena la analogía del accidente de auto.
ResponderEliminarGracias!,
ResponderEliminarNo, no son inevitables la inflación y el consumo de stocks. Pero tenés que tener un manejo ordenado de tus cuentas. Esto empieza a descarriar cuando empiezan a desgastar el superávit fiscal con los subsidios, y a mentir con el indec. Ahí el peso está condenado.
Y no es lo mismo, no quedó ni la base (leer el link que puse). En "13 meses cruciales", Lavagna cuenta cómo tuvo que luchar para imponer un modelo económico entre el populismo irresponsable de Carbonetto y el neoliberalismo (también irresponsable) del FMI, Artana, etc.
De más está decir que el modelo del Ministro de Economía en las sombras Guillermo Moreno es el de Carbonetto.
Saludos!