La pregunta que hoy muchos argentinos se hacen (o que los diarios dicen que se hacen) es "¿cómo nos va a afectar todo este quilombo?". "¿Si cayeron tanto nuestros productos de exportación como la soja, el Estado se queda sin superávit y se viene otro default?".
Las malas noticias se montan en el pánico de la gente y viajan mucho más rápido que las moderadas o positivas. Si yo armara un mail detallado (pero falso) sobre un nuevo corralito, estoy seguro que se propagaría como un virus. Y si armara otro igual de detallado, pero con buenas noticias, seguro que muere al primer reenvío y no le llega a nadie. Las buenas noticias no venden. Pero insistiremos, intentando compensar la histeria injustificada mostrando que no todo está perdido:
1) La Argentina no le vende demasiado a los EEUU, y los argentinos residentes en ese país no envían muchas remesas a su familia en el Cono Sur. En estos dos sentidos, México y Centroamérica es mucho más vulnerable que Argentina.
2) Nuestros bancos están sólidos (crucemos los dedos), y el crédito no mueve la economía: representa sólo un 13,7% del PBI frente al 70% de Chile y el 120% en los países desarrollados. La desaparición o encarecimiento del crédito nos afecta menos.
3) Es cierto que si se frena la demanda yanqui, al ser ésta el 25% de la demanda mundial, China -que es nuestro principal cliente- va a desacelerarse. Por eso bajó el precio de nuestros productos de exportación (como la soja). De las retenciones a la soja, trigo, maíz y petróleo vive nuestro superávit comercial. Pero como no se aprobó la resolución 125 de retenciones móviles, la soja sigue pagando el 35% de derechos de exportación. Sin el voto "no positivo", hoy el campo estaría pagando más cerca de 30%. Esa es una buena para las arcas estatales y el superávit fiscal, una mala para "el campo".
4) No hay crédito a nivel mundial (olvídense del tren bala, de 10 km de subte por año, de todo lo que requiera financiamiento internacional) pero la verdad que ya no lo teníamos. Hace rato que estamos fuera de los mercados, por eso no hay fuga de capitales como en Brasil. (Esta fuga de capitales es lo que hundió al Real, no fue una decisión conciente de Brasilia de devaluar).
5) El nivel de las importaciones de un país dependen directamente del crecimiento de la demanda doméstica. Si la Argentina crece menos, como se dice, también importará menos, y eso es bueno para el superávit comercial.
6) Menor crecimiento implica también una disminución del pago de la deuda externa vinculada al crecimiento del producto. A fines de este año, por el crecimiento del 2007, se pagarían aprox. USD 1000 millones por el famoso "cupón atado al PBI". No te salva la vida reducir ese monto pero te ayuda a cerrar el programa financiero del 2009.
7) Bajó el precio del petróleo, de USD 142 el barril en julio, a USD 88 por estos días. Además de que muchos dictadores van a tener problemas para pagar sus nuevas y relucientes armas, lo cual ya es una buena noticia de por sí, la Argentina viene disminuyendo la participación de las exportaciones de combustibles y energía en el total exportado (bajó un -20% en el 2007 mientras todos los demás sectores, como Manufacturas de Origen Industrial y de Origen Agropecuario, subieron) por lo que nos pega menos. Pero además, importamos fuel oil a precio de mercado, por lo que disminuirá el monto de los subsidios que todos los argentinos pagamos a los importadores para tener energía barata. Se descuenta que además habrá cierta recomposición de tarifas que disminuirán aún más los subsidios, dando alivio al frente fiscal.
¡Por ahora es todo amigos!
¡Se aceptan críticas y aportes!
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