Después de haber leído la Constitución y los tratados internacionales, después de haber escuchado las expresiones de los legisladores preopinantes –como el señor diputado Gil Lavedra‑, no tengo dudas de que la Constitución Nacional nos manda votar en favor del matrimonio de personas del mismo sexo.
(Aplausos en las galerías)
Otra discusión que es histórica y que la Argentina inició a finales del Siglo XIX se refiere a la separación entre el Estado y las religiones. Probablemente la primera ley sancionada por el Parlamento que hace base en esa separación sea la 1.420.
Está bien que las religiones existan y que se permitan en su diversidad, pero ellas tienen que someterse a la legalidad de los países, y no las leyes de los países a las religiones.
(Aplausos en las galerías)
La respuesta, aquí.
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