Policía Metropolitana: Deconstruyendo el descarrilamiento de Sylvina Walger

En una surrealista contratapa de Crítica Digital del domingo, la conocida socióloga y periodista Sylvina Walger (autora de libros como "Pizza con Champán, la fiesta menemista") despotrica sobre el caso de espionaje de Ciro James que tiene en vilo a Macri, manchando también a los K en el camino, pero cometiendo unos errores y horrores en su argumentación tan obvios que ni un poco exigente profesor de periodismo se los dejaría pasar a un estudiante de primer año.

Sinceramente no entiendo como algún editor no lee lo que publican en la contratapa de la que es responsable, con frases como la siguiente:

Y para terminar: ¿alguien se preguntó alguna vez por qué no hay ningún funcionario judío en la Ciudad? Desde Onganía que no ocurría.

Personalmente, cuando hace unos años me metía en foros de neonazis españoles a discutir, mi intención era doble: primero, ver de cerca a estas bestias -qué pensaban, qué tan poco cuerdos estaban- de manera más segura para mi integridad que acercándome al Parque Rivadavia a ofrecer knishes y varénikes. Segundo, para testear si argumentando con la razón, con evidencias claras, apelando a la lógica cartesiana, podía llegar a convencerlos que los judíos-Israel no dominamos el mundo, ni estuvimos detrás del 9/11, ni bebemos sangre de niños palestinos, ni les repartimos chicles afrodisíacos para arruinar su modo de vida islámico, ni les damos cinturones que crean impotencia y esterilidad, ni creamos el virus de la gripe aviar para dañar “genes que sólo poseen los árabes”, ni causamos el tsunami de Indonesia, ni Saddam y Arafat eran judíos, ni el pokemon es una conspiración sionista. [Todas estas acusaciones no son inventos míos, fueron pronunciados por importantes columnistas y funcionarios públicos de países árabes. Para información sobre las Teorías Conspirativas en Medio Oriente, ver los excelentes artículos de Julián Schvindlerman].

Utilizar la razón... ¡quizás nunca nadie lo había intentado! Por supuesto no lo logré, y me terminaron echando del foro por judío, confirmando que la mejor manera de explicarle algo a un nazi, es como decía Woody Allen en Manhattan. Pero para mi fue como un acelerado curso que podríamos denominar "cuando el libelo reemplaza al pensamiento". Fue como aislar el odio en un laboratorio y poder descubrir, bajo un microscopio, las falacias argumentales en estado puro.

Sylvina Walger no es antisemita, todo lo contrario, de hecho acusa no muy solapadamente a Macri de serlo, pero su argumentación falaz me recordó a estas discusiones con mis nunca-serán-mis-amigos nazis españoles. Los patrones discursivos son los mismos. Veamos:

1. Negar la realidad incluso cuando sea evidente y fácilmente verificable.

Dice Walger:

Y para terminar: ¿alguien se preguntó alguna vez por qué no hay ningún funcionario judío en la Ciudad? Desde Onganía que no ocurría.

El Ministro de Educación, el Secretario de Relaciones Institucionales, el Subsecretario de Inclusión y Coordinación (una de las manos derechas de G. Michetti), y otros que no tengo por qué ponerme a listar, son de fe mosaica. La acusación de Macri antisemita es una de las más estúpidas y fácilmente refutables (y no me interesa hacerlo por este medio).


2. Construir una grave acusación en base a una gran mentira (o "malentendido")

Sigue Walger:

Qué es exactamente lo que buscaban estos espías, nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero algún tipo de permiso debían de tener. Nadie deja arriba de su escritorio (vecino al del ministro Montenegro) una carpeta que lleva por nombre “Osvaldo” como Chamorro el comisario, íntimo del Fino, que lo reemplazó en la jefatura de la Metropolitana y en donde se guardan todas las operaciones realizadas. (...) A menos que cuente con el visto bueno de sus patrones.

La idiotez (disculpen el término pero no encuentro otro) sobre la que se basa la grave acusación de complicidad con el espionaje es que existía una carpeta física -de cartulina, se supone-, sobre el escritorio de Chamorro "vecino" al de Montenegro, con una etiqueta autoadhesiva con la palabra "Osvaldo" escrita con marcador. Pero el detalle que Sylvina no vio es que, como menciona Página/12, la carpeta era virtual y existía sólo en la computadora de Chamorro:

En una carpeta rotulada “Osvaldo” que fue identificada en el disco rígido, la Policía Federal encontró pedidos de informes financieros y comerciales acerca de varios legisladores porteños de la oposición, del dirigente del sindicato de los municipales Patricio Datarmini y hasta del propio jefe de Gabinete del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

El que odia no pretende entender cuando lee, sólo busca elementos (ciertos, falsos, da igual) que confirmen su visión de la realidad. Vé lo que quiere ver.


3. Cuando el objeto de tu odio hace algo con lo que estás de acuerdo y que no podés negar, decir que se vio forzado a ceder en contra de su voluntad (así se le quita todo mérito posible al enemigo, "verificando" que su naturaleza es de una maldad absoluta)

Para bien o para mal el casamiento gay ya está y Mauricio no ha tenido más remedio que decir sí.

Permitir el casamiento gay fue una decisión política de Macri después de discutir internamente y en contra de la voluntad de muchos dentro de su partido. De ninguna manera se la puede minimizar. Si no hubiera querido darle para adelante, el procurador porteño Tonelli apelaba como un trámite más y que se ocupe la Cámara o la Suprema Corte de dirimir el polémico tema. Nadie se hubiera enterado de la posición de Macri.

Por suerte encontraron a Hernán Lombardi, un hombre de mejor relación con el siglo XXI, y que hasta ahora, visto el desinterés PRO por la cultura, se le permite alguna locurita.

Según Sylvina, el gobierno que asignó 230 millones de pesos de presupuesto propio (ya que los créditos externos se cayeron por desidia de los gobiernos anteriores) para -por fin- poner el Colón a nuevo, que tiene los festivales culturales más masivos y de más calidad de la historia de la ciudad, que nominó y logró que el Tango fuera Patrimonio Cultural de la Humanidad, no es el gobierno de Mauricio Macri sino uno llamado "Las locuritas de Lombardi". Está bien, Sylvina, tapá el sol con la mano que así desaparece.


4. Abusar de las analogías: cuando algo se parezca a un perro, decir que se parece a un lobo asesino hambriento de sangre.

(..) a unos déspotas trasnochados que intentaran revivir en Buenos Aires la dictadura militar.
Lo que nunca imaginé, según las fotos que se han visto por televisión, es que la fuerza que imaginaron tuviera un aspecto tan tétrico. Llamarla Gestapo es un exceso, pero sus uniformes negros recuerdan más a la Guardia de Hierro rumana o a los oustachis croatas. Y ninguno de ellos se dedicaba a repartir pan dulce. Se ve que el negro es el color que PRO siente que le corresponde.

Yo veo los uniformes de la Policía Metropolitana y me recuerdan a la Policía Municipal de Madrid (¡hasta los cuadraditos tienen!) pero qué se yo, tal vez soy un afortunado y viajé más que Sylvina. Sin embargo uno siempre puede viajar con Google y encontrar la nota de Clarín del día de la sanción de la Ley que creó la Metropolitana:

Imagen y semejanza. Un agente de la Policía Municipal de Madrid, que se usará de modelo, incluso en los uniformes, para la Metropolitana.

Las imágenes de Clarín no las encontré, pero busqué otras en internet. Comparen por Uds. mismos:

Policía Municipal de Madrid

Policía Metropolitana de Buenos Aires

Y si un periodista quiere saber algo y no lo encuentra googleando, ¿cómo era que hacían nuestros abuelos periodistas? ¡Ah, chequeaban fuentes!. Se podría haber llamado al responsable del área y preguntarle por qué los uniformes son así. Pero Sylvina no necesita chequear fuentes. Ella ya sabe todo. ¡Es socióloga y escribió muchos libros!

En fin. Lamentablemente, el artículo de Sylvina Walger cae en la categoría de libelo. A pesar de esto, todo lo antedicho no exime al GCBA de investigar en serio quién trajo a Ciro James a Educación (cualquiera que conoce cómo se integra una administración sabe que el Ministro no está en cada nombramiento a pesar de que sea en lo formal el responsable). O si la persona en la que confió Macri para armar la fuerza (Palacios) sabía o no que este era un topo de la Federal. Asimismo, tomar decisiones concretas de gestión que eliminen de cuajo la influencia de Palacios en la creación de la fuerza, ahora que hasta Macri admitió que fue un error delegarle esta responsabilidad.

Qué hacer, lo sabrá Macri, pero espero que entiendan que está en su propio interés poder responder correctamente a estas cuestiones, dado que los ciudadanos estamos esperando acciones concretas que nos dejen tranquilos sobre quiénes van a portar armas en la calle a partir de fin de año.

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