Cuando la Alianza mandó la Ley de Radiodifusión

El 26 de abril de 2001 el presidente Fernando de la Rua presentó la nueva Ley de Radiodifusión, elaborada por el equipo de Gustavo Lopez (hoy también funcionario radical K) y Dario Lopérfido (quien propuso al susodicho para el Comfer).

En dicho proyecto se estipulaban varias cosas, entre ellas:

En cuanto a las cláusulas de competencia, establece que, en una misma área, un licenciatario podrá:

  • Ser titular de no más de un servicio de televisión abierta.
  • Tener hasta tres licencias de radiodifusión sonora, "siempre que la suma de éstas no sobrepase el 25% de las frecuencias adjudicadas en el área".

En el nivel nacional, un mismo licenciatario podrá:

  • Ser titular de hasta 12 licencias de televisión abierta (ahora la ley permite 24).
  • Poseer hasta 24 licencias de radiodifusión en total.

Por otro lado, no podrán ser titulares de licencias quienes "exploten otros servicios públicos y ejerzan, de hecho o de derecho, una posición monopólica o dominante en el mercado".

En ese momento los actores eran los mismos en algunos casos (Clarín, Hadad) , y distintos en otros (CIE, Telefónica -que ahora está del lado de las Telco nada más-).

Ese proyecto también tuvo -aunque muchas menos- audiencias públicas en el país.

Cuando llegó el momento de tratarlo en comisión, fue sepultado por los lobbys. A la reunión bajaron tres diputados: Luis Brandoni (UCR), Pedro Calvo (UCR) y Hector Polino (PS), todos de la Alianza.


Cuenta RTA:
“Lo que pasó hoy es lamentable”, se quejó el presidente de la Comisión, el radical Pedro Calvo en una sala de reuniones repleta de colegas que se mostraban sorprendidos por el desenlace. “Consideramos erróneamente que para esta altura íbamos a tener el suficiente consenso político de las distintas fuerzas que integran la Cámara para impulsar una ley pluralista, abierta, democrática y federal. No pudimos hacerlo porque el lobby de los grandes grupos lo impidieron”. Más allá de los lamentos, cada diputado reconoció que era su responsabilidad haber dejado pasar un momento histórico (...)

Y Lopez estaba molesto, por no decir furioso (sigue RTA, de donde también saqué las fotos).

Su intento de urgir al Parlamento para sancionar la ley antes de diciembre se había caído una vez más. Su frase más reciente, “está 100% consensuado, sólo falta sacarlo”, le taladraba la cabeza. Gustavo López vivió el duelo de su proyecto de ley entre la impotencia y el conocimiento de su deber cumplido. En diálogo con esta redacción minutos después de la noticia, el interventor del Comfer expresó: “A los diputados no les interesa la ley, porque lo que tienen que hacer es votarla y no lo hacen. Me pregunto por qué. Si yo cumplí y mandé el proyecto, porqué no pueden ser firmes y sacar la ley. Un año más culpa de ellos”. Asimismo, reconoció que el próximo período legislativo encontrará a la ley con una nueva Cámara que al parecer resultaría “adversa”. “Estoy seguro que va haber que empezar todo de nuevo porque el que tenía que cumplir no lo hizo”, deslizó.


Frustrado y dolido, Brandoni renunció a la presidencia de la Comisión de Comunicaciones:
Ya lo había advertido en la reunión del martes 13 y un día después lo efectivizó. El diputado nacional por la UCR, Luis Brandoni, presentó formalmente su renuncia a la Comisión de Comunicaciones al no haberse podido lograr la sanción de un dictamen por la ley de radiodifusión. El actor (termina su mandato en diciembre) expresó en su misiva enviada al presidente Pedro Calvo que “la permeabilidad de las presiones pudo más que el compromiso asumido frente a la sociedad y a nuestras propias convicciones”. Según informó, su renuncia es porque no está “dispuesto a claudicar de manera tan resignada”. A lo que concluyó: “Me queda en la boca el sabor amargo de una frustración que nunca imaginé de este modo”.
La semana pasada en TN, cuando contaron esta anécdota de la "Reunión de Comisión vacía" no recuerdo qué diputados oficialistas, dijeron que nadie había bajado por miedo (a los grandes medios, se sobreentendió).

A veces escucho, de manera descalificativa, "es una batalla de poder". ¡Obvio! Una vez discutido lo técnico, es una puja de poder entre distintas visiones e intereses, entre los que quieren que todo quede como está y los que quieren que cambie de cierta manera. Y si no tenés la fuerza y el poder suficiente, el miedo se impondrá entre tus propios soldados. Esto es para mis amigos gorilas, que no entienden a los peronistas que ven la realidad como un conflicto inevitable entre factores de poder.

Y a mis amigos peronistas les digo que elevar cualquier discusión a una lucha encarnizada a todo o nada, también es un error, y eso es lo que pasó con la 125. Los errores técnicos de aquella se podrían haber corregido con una resolución administrativa en marzo de 2008, pero Nestor picked his battles, lost them y ahora creó su propio monstruo que lo persigue por las noches (la Mesa de Enlace, Cobos). "Cuando nos despertamos desalentados en medio de la noche, los enemigos derrotados hace mucho tiempo vuelven a acosarnos" (Nietzche).

A pesar de todo, como en el conflicto de Medio Oriente, de todo lo bueno siempre sale algo malo y viceversa. Gracias a la derrota estrepitosa de la 125, Nestor se convenció de que la pelea madre que había que dar era contra los medios de comunicación y esta vez, como titula TN, sale o sale (¡por suerte!).

3 comentarios:

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