¡Hola Nizar, te estamos llamando!

Israel asestó ayer su primer golpe a la cúpula político-religiosa del grupo terrorista Hamas y mató a uno de sus cabecillas, Nizar Rayyan, en un ataque aéreo en el que también murieron dos de sus mujeres y cuatro de sus hijas.

Algo que es difícil de entender para los que vivimos en el occidente post-religioso es que en el Islam fundamentalista, los clérigos no son meros "médicos del espíritu" que casan parejas y consuelan a los deudos ante la pérdida de un familiar o amigo como haría un cura, un pastor o un rabino. En el Islamismo, clérigos como Nizar Rayyan, o su antecesor Ahmed Yassin (may he rest in pieces), son líderes político-religiosos que instigan, avalan, ordenan y prometen el paraíso (con 72 vírgenes) a quienes cometan atentados suicidas en los que mueran infieles.

Vale la pena aclarar que los musulmanes de verdad (los no-islamistas) repudian estos conceptos de Shahada (martirio) como desviación de las palabras del Profeta, y hay grupos de religiosos y escritores musulmanes que se dedican a revertir el lavado de cerebro generado por la ideología islamista. Que quede claro, entonces, que Apuntes Urbanos no suscribe a una visión negativa del Islam; sólo de los Islamistas (para entender la diferencia, recomiendo este libro)

El otro aspecto a destacar es el que motiva el título de este post y por el que citamos de La Nación (el resaltado es nuestro):
En las casas particulares de distintas figuras de Hamas -como pasó ayer con el líder político, militar y religioso en la zona de Jabaliya, Nizar Rayyan- no solamente "viven" con sus familias. En esas casas, en numerosos casos, hay grandes depósitos de armas, laboratorios para la fabricación de explosivos y, a veces, hasta túneles subterráneos.

Según fuentes de seguridad israelíes, el domicilio particular de Nizar Rayyan no era una excepción. Tenía allí numerosos misiles, explosivos y hasta un túnel para sacar de la zona a jefes de la organización.

El vocero del ejército israelí Avi Beinaiahu dijo ayer que antes del ataque hubo un llamado por teléfono a la casa de Rayyan para avisar que sería bombardeada, por el gran depósito de misiles que allí tenían escondidos. Se exhortó a su familia y otros civiles a salir del lugar, pero Rayyan se negó. Incluso la radio de Hamas dijo que no aceptó irse.

Para los palestinos, fue una señal de "heroísmo" y "lealtad". Para los israelíes, una prueba de que no le importaba que murieran con él dos de sus esposas, algunos de sus hijos y varios ayudantes que lo rodeaban.
O sea que la versión que yo había leído sobre este llamado fue confirmada por el propio Hamás. Paremos la pelota y entendamos lo que esto significa.

Estamos en medio de una guerra contra un enemigo cuya finalidad es matar la mayor cantidad de civiles posible (propios y ajenos) y denunciar a Israel como salvaje país agresor, para destruirlo luego por etapas. En su carta fundacional, aún vigente, llama a eliminar a Israel y a todos los judíos independientemente de donde se encuentren (a Pedro Brieger y Jorge Altamira también, por más antisionistas que sean). La inteligencia israelí localiza a uno de sus líderes. En vez de apretar el gatillo, como haría cualquier ejército del mundo (incluidos los occidentales que critican y sobre todo los árabes que son los que más fuertemente lo hacen), un funcionario israelí se sienta en un teléfono, lo llama y le dice en árabe que van a bombardear su casa para volar en pedazos su arsenal y su laboratorio de explosivos, que si es tan amable de retirarse él y su familia para no sufrir daños. El tipo se niega a salir y/o evacuar a su familia, o bien porque cree que es parte de una guerra psicológica, o como dice Hamás, para morir como mártir.

De un lado y del otro del teléfono es de locos lo que está pasando, pero de dos locuras de moralidad completamente opuesta.

Repito que esto fue confirmado por Hamás, como comenta el artículo de arriba, del que tomamos un párrafo más para mostrar un video:
Hace pocos días, el jefe del Shin Bet, el servicio de seguridad interna de Israel, dijo en la sesión semanal del gabinete que numerosos miembros de Hamas se esconden en hospitales -donde incluso se hacen pasar por médicos [o enfermeros]-, en mezquitas y en jardines de infantes.
Acá se ve el arsenal de una de esas mezquitas volando por los aires: